¿Necesitan de unos Juegos Olímpicos la transformación ecológica de las ciudades?
El color verde de las olimpiadas.
Baviera votó en contra de celebrar las olimpiadas de invierno de 2022. En un referéndum local, en Múnich, 1,3 millones de ciudadanos dijeron un rotundo “Nein”. Expresan la desconfianza a los organizadores de los juegos olímpicos, falta de transparencia del Comité Olímpico Internacional y, sobretodo, las incerteza sobre los costes y deudas para la ciudad. La codicia de celebrar los juegos olímpicos, más que un motor, pensaron seria un freno para la transformación ecológica de la ciudad. Barcelona compite con Múnich, siendo Thomas Bach, el presidente del Comité Olímpico Internacional. En otro referéndum dijeron otro “Nein” a la tercera pista del aeropuerto. Barceona sigue en la estela de los juegos de 1992, ese más alto, más rápido, más lejos, que choca con nuevo concepto de más cerca, más tranquilo, más lento. Una ciudad sin (multi)referéndum.
Barcelona mantiene la esperanza de acoger esas Olimpiadas de Invierno en 2022. Un estudio de la candidatura Barcelona-Pirineu indican que el incremento de temperaturas será de 0,67 a 0,84 grados, por tanto, el cambio climático no tendrá efectos, ni sobre las Olimpiadas de 2022, ni sobre las de 2026. “En caso de extrema necesidad de podría garantizar las pruebas con nieve artificial” -dicen los expertos, al servicio de la celebración, “las precipitaciones de nieve serán similares a las actuales”. Jordi Hereu visitó las Olimpiadas de Inverno en Vancouver (Canadá) en 2010. No le hace falta estudios, pudo comprobar los efectos del cambio climático en la estación de invierno en Canadá. Elevadas temperaturas obligó a recurrir aviones para llevar la nieve. En Sochi (Rusia) las olimpiadas se enfrentan a temperaturas que no desciende de los 15 grados. Ni siquiera con nieve artificial. La ciencia al servicio de quien financian los estudios legitima atrocidades.
Los Juegos Olímpicos en Londres 2012 se vistieron de remodelación ecológica de la ciudad. Coincide con el Rio + 20. Aquella cumbre de la Tierra que fue simultánea a las Olimpiadas de Barcelona de 1992. Las siguientes olimpiadas, sobre todo, Sidney 2000, el equipo de arquitectos de Greenpeace ganaron el concurso para construir la villa olímpica. En Londres tuvieron excelentes proyectos; pero, al final, las prisas impusieron era visión en que la eficiencia se opone a la eficacia, lo verde a los económico, el cortoplacismo a las visiones estratégicas. Pueden leer desde A Blueprint for Change, hasta Towert a one planet 2012 para ver el abismo entre ambición y realidad (http://blogs.lavanguardia.com/diario-de-futuro/de-rio-20-a-londres-2012-%C2%BFentre-las-olimpiadas-de-la-sostenibilidad-a-la-sostenibilidad-olimpica).
Hacia otra gobernanza.
Múnich entendió que para afrontar una transformación ecológica de la ciudad no requiere olimpiadas. En Tarragona, el día internacional del medio ambiente, su alcalde, José Felix Ballestero y Artur Mas, presentaron las inversiones para construir dos pabellones para los Juegos de Mediterráneo de 2017. El presidente de la Generalitat señalo que es “hacer política con mayúsculas… reforzar la capacidad de Cataluña en el Mediterráneo”. Sólo de faltó decir “si hablamos el país avanza”. Ni una palabra de por donde el mundo avanza. Ni una palabra de los desafíos energéticos, transición ecológica de la economía, construir una ciudad más saludables y más prosperas. Todo se quedó en mostrar las inversiones, ese modelo de crecimiento agotado.
Basta con tener una mínima sensibilidad que permita extraer lecciones de la experiencia de Londres. Antonio Lucio, que fue director medio ambiente de la candidatura de las Olimpiadas de Madrid 2012, me explicaba su experiencia de Londres donde reside. Esta asombrado del fuelle de la sociedad civil para afrontar enormes desafíos que exigen una cambio de la gobernanza para poder trabajo en distintos planos. No fueron las olimpiadas las que transformaron Londres, tras estas los expertos críticos con los juegos olímpicos, urbanistas, arquitectos, politólogos, grupos ecologistas, activista de los barrios, etc., tuvieron el apoyo municipal para desarrollar sugestivos proyectos.
La critica a las olimpiadas fueron recogidas en “The Art of Dissent”, obra principal. Entre sus autores, un español, Isaac Marrero-Guillamón, postdoctorado de la Universidad de Londres. “Los juegos Olímpicos en Londres han golpeado el país con una sobredosis de medicamentos para mejorar el estado de animo” escribió David Segal en New York Times; “nadie podía osar plantear objeciones a una uniforme aparente alegría”. Lo qu emuestra las Olimpiadas, para isaas Marrero-Guillamón, es las relaciones entre producción cultura y política espectáculo en el neoliberalismo -capaz de regular lo visible e invisible, lo decible e indecible; permite borrar la historia de local de la ciudad, privatizar espacio públicos (http://themilitantcity.wordpress.com/2012/11/14/the-scam-of-scams-discussing-london-2012-in-nyc/).
Andrew Gwatkin, embajador Británico, visitó Tarragona. Ofreció la experiencia de los Juegos Olímpicos de Londres; un modelo de gestión sostenible, innovador, operando en varios planos. Para el ayuntamiento lo relevante son las experiencia acumulada por las empresas que trabajaron en Londres. Ni se plantea el municipio de Tarragona qué experiencia de mejora de la gobernanza supuso las Olimpiadas para Londres. Las empresas no actuar de forma innovadora sin un enfoque estratégico, de visión a largo plazo, de los responsables de la ciudad. Inaugurar un estadio no supone valor añadido, ni para la ciudad, ni para las empresas. Barcelona de 1992 fue un éxito, logró cohesión social y urbana, remodeló la ciudad; pero sin la menor conciencia ambiental .
Es el síntoma de la incapacidad de aprendizaje de las instituciones. Los políticos no siempre acceden a conocimiento para tomar decisiones, entre otras cosas porque confunden información fragmentada con conocimiento, y conocimiento con sabiduría. La virtud del político no es hacer puente, es saber a dónde han de conducir esos puentes. Los ciudadanos están artos de ver puentes que no lleva a ninguna parte, provoca desconfianza en la política y crisis de las instituciones democráticas. Si Londres el déficit esta en no lograr convertir la ambición en acción, a pesar de una visión estratégica de la ciudad, flexibilidad y apertura de las instituciones para un debate crítico con los ciudadanos, no se logró materializar por una maquinaria marcada por la inercia. Tarragona ni siquiera se ha plantado una transformación ecológica de la ciudad, más allá del SmartCity, Mediterranean Smart District o el ChemMed Tarragona. Artur Mas no ve más allá de la capacidad exportadora, conocimiento e innovación de Baden-Württemberg. El Lander gobernado por los verde, presidido por Winmfried Kretschmann, puede mostrar su revolución energética.
Los países hablan, las ciudades actúan. Hacia una segunda transición.
Las olimpiadas en Londres permitió remodelar el barrio de East End, zonas verdes degradadas, un vertederos con elevada contaminación. Todo ello es hoy una zona verde, con un río saneado, depuradoras. Pero ha modificado el uso público. Ahora se trata de recuperar esas zonas para el barrio, cerrar ciclos, impulsar el desarrollo de nuevas actividades, no hay políticas acertadas sin ese fuelle que proporciona una sociedad civil democrática y participativa. ¡Es la gobernanza estúpido!
En 2011 se publica “Different politics, same planet”, elaborado por Res-publica, un think tank independiente no partidista, fundado en el 2009. En él participaron, entre otros, dirigentes de WWF-UK, Oxfam-UK, etc. “Insiste en la necesidad de colocar el medio ambiente, el medio natural, en el centro de gravedad del debate político”, señala Antonio Lucio, en un articulo en la revista Matador. “Reivindica los valores intrínsecos del patrimonio natural y del paisaje, más allá de los cálculos utilitaristas y de mercado que atribuye, bajo unas formas u otras… “El triunfo de las ciudades” escrito por Edward Glaeser, profesor de Harvard, exalta las ciudades que permite al hombre ser inteligentes, más sanos, más felices”. La deficiente capacidad de aprendizaje de las administraciones locales para interactuar con la innovación social.
Las instituciones regresan a las fortalezas de su saber incuestionado, la autoridad desnuda ante la sociedad hace insoportable las viejas formas de gobernanza. Ante la debilidad para buscar alianzas con la sociedad civil el resultado es ese patético descrédito de la política y pérdida de confianza. AffordableWick es un nuevo concepto que sirve para que interactúen los grupos culturales, autoridades locales, propietarios de tierras, entidades del barrio, cooperativas, etc. Permite estrategias en diversos niveles, “anima a los vecinos conocerse entre si, crear vínculos, desarrollar comunidades creativas, para desarrollar y sostener proyectos comunitarios”. Es preciso imaginar una fabrica en movimiento, que permite abrir el barrios a innovadoras dinámicas, rediseñar los usos urbanos, reactivar el tejido económico y social, bajo una topología “no oficial” de apoyo mutuo que permite que jóvenes desarrollen empresas creativas”. Fue el caso de viviendas de autoconstrucción en el Olímpico Park .
Con ideas, con creatividad, con participación, pero tarde.
El gobierno apostó por Silicon Roundabout. Puso 50 millones en East London Tech City, un rimbombante nombre tras el cual buscar atraer grandes empresas de tecnología de la información. Pretendían de la noche a la mañana crear una enorme incubadora que atraiga inversiones tecnológicas; de 85 empresas en 2010 se pasó a 200 en 2011 -Steve Jobs, Bill Gates, Goobles, Amazon, etc. Mientras el COI explota la marca olímpica, con 9.325 millones público privado, se daba apoyo a inversiones en el sector privado; sin responsabilidad respecto las pérdidas, sin pagar impuestos, todo un castillo en el aire. Socialización de los riesgos económicos de unas olimpiadas que privatiza beneficios. La burbuja tecnológica acabó con los juegos. Las empresas se vinieron abajo.
The Guardian calificó todo de un proyecto idiota, basado en ideas descabelladas, con mucho ruido interesado y humo, para evitar, de este modo, reflexionar sobre la estrategia de Tech City. El ayuntamiento se apresuró a entregar permisos a grandes promotores con planes de gran altura, los rumores de puertas giratorias, entre arquitectos, promotores y planificadores, mientras se rechazaba invernaderos de vidrio por irrumpir en la simetría de edificios. Es fácil presumir de una cartera de empresas desde Google hasta Intel.
El distrito de Silicon Rounabout se vino completamente abajo. Fue una breve burbuja tecnológica de apenas un año de vida. Millones evaporados, frustraciones, deudas, oportunidades desaprovechadas. Era mucho menos interesante apostar por pequeños proyectos, de proximidad, integrado en las redes locales, que fortalecen las comunidades locales que mostrar una cartera de empresas globales. Boston Consulting Group convenció a David Cameron para invertir 50 millones y atraer más de mil millones, basta un informe que muestra que un 8,3% del PIB en Reino Unido es tecnología de comunicación. En 2016 la “economía del espíritu” llegaría a un 16% del PIB. Es la trampa para crédulos en la consultoría internacional. Silicon Valley mueve millones a la velocidad de la luz y el futuro de Londres es innegociables. Nada dice el informe de BCG sobre las embarazosas revelaciones de cómo funciona Silicon Valley. Un juez acaba de reclamar 9.000 millones de indemnizaciones a los empleados. El oiko de ese mudo de mañana convertido en una casa de fantasmas. Ciudades de Silicon Valey declaran la emergencia fiscal, ante caída de ingresos, y municipalizan servicios públicos para recuperar ingresos.
La burbuja de la economía que vende humo.
Las oficinas acabaron convertidas en apartamentos para estudiantes que mantienen el ridículo nombre original, Silicon Roundabout. Los responsables de las olimpiadas Londres 2012 ni ocultaban que estaban vendiendo una fachada sin nada detrás. Después de las olimpiadas, con menos recursos y más deudas, hacen los deberes, desandar el camino. Apuestan por pequeñas ideas, con creatividad e imaginación.
StartUp es un método para desarrollar capacitaciones, analizar fortalezas y debilidades, trabajar en grupos y redes entres diversas empresas. La Energiewende (transición energética) utilizar el modelo Start-Up para impulsar creatividad e innovación a nivel local.
R-URBAN es una estrategia de abajo hacia arriba, que explora las posibilidades de aumentar la capacidad de las comunidades locales, para a partir de las redes, ejecutar proyectos, desarrollar actividades, poder desarrollar actividades en campos claves para desarrollo urbano en la economía, la vivienda, la agricultura urbana, etc. R-Urban también busca cerrar los ciclos ecológicos de forma local, que se apoyen el surgimiento de modelos alternativos de vida, producción y consumo, con un pie en lo urbano y lo rural, con apoyo de financiación europea(http://r-urban-wick.net).
Para superar las crisis actuales, crisis climática, energética, de recursos, los grupos locales toman ideas del filósofo André Gorz: “producir lo que consumimos y consumir lo que producimos”. Este equilibrio entre la producción y el consumo a través de abastecimiento local sostenible no puede ocurrir sin cambios en la vida y estilos de trabajo de los ciudadanos, cambios en el urbanismo, usos de los espacios públicos, deben involucrados en estos cambios, a través de prácticas de colaboración, de apoyo mutuo, los ciudadanos haciendo uso de las redes locales. Tras una investigación sobre el espacio asequible, en diciembre de 2012 se puso en marcha el reto de producir un espacio de trabajo accesible a partir de material recuperado, con muy poco apoyo financiero.
Mientras Dieter Reiter que gobierna Múnich apuesta por ampliar su empresa pública de energía, transporte y comunicaciones, Stadtwerke Munich, a nuevos servicios municipales. Revierte en el ciclo económico local 3.500 millones de euros, por el liderazgo en energías renovables, que de otro modo saldría del ciclo económico. Además de ser un estímulo a la innovación tecnológica, atrae a pequeñas empresas creativas, con talento joven, que reactiva la vida de la ciudad. En lugar de expulsar a los jóvenes. El objetivo es invertir 9.000 millones de euros hasta 2025 en la transición energética, abandonar en 2040 los combustibles fósiles y las emisiones de CO2. Toda la economía local está en este tarea.