¿Por qué frenan el autoconsumo con un “impuesto al sol” ?
Jordi Ortega
Encarar el conflicto de la transición energética.
Antes de responder qué sentido tiene el RD 900/2015 que establece un “peaje al sol” deberíamos entender las dinámicas presentes en las innovaciones tecnológicas que el decreto quiere situar en vía muerta. Para la economía energética las energías renovables solo serán maduras si son capaces de integrarse en sus estructuras económicas. Las dinámicas internas de la revoluciones industriales nos enseñan que no sólo las nuevas fuentes de energía desplazan las anteriores; en toda revolución industrial, señala Schumpeter, se produce una “destrucción creativa”, esto es, el relevo de las energías fósiles. En este caso, por energías renovables lleva a revolucionar, desde dentro, las viejas estructuras económicas que son destruidas y reemplazadas por nuevas estructuras.
Al desintegrarse las largas cadenas de los combustibles fósiles, un modelo energético jerárquico y centralizado, hará que se rompan las viejas corporaciones industriales que serán sustituidas por nuevas formas de colaboración industrial. La industria química, por ejemplo, no está en vías de extinción, sino a las puertas de desarrollar nuevos potenciales.
En la exposición de motivos del RD 900/2015 se señala “la evolución gradual de este modelo, esto es, de la producción de energía eléctrica centralizada, unidireccional y complementada con medidas de incentivo y control sobre la demanda, hacia otro donde la generación de electricidad distribuida”. La anterior descripción de la transición energética, como relevo tecnológico, nos centramos en un aspecto: el relevo del modelo centralizado basado en combustibles fósiles por otro descentralizado basado en energías renovables.
¿Qué busca el RD 500/2015? La Fundación FAES saluda el nuevo “consumidor-generador” impulsado por el autoconsumo y generación distribuida; pero, tras reducir la ventaja del autoconsumo a disminuir pérdidas en la red, expone los inconvenientes: “Si el consumidor se suministra del sistema paga, por un lado, un término fijo contratada (€/kW) y, por otro lado, un término variable que depende del consumo efectivamente realizado (€/kWh)”. El RD obliga a pagar los costes fijos del sistema; por la potencia instalada (8,989 euros/kWh) y consumida (de 0,049 a 0,06539 euros/kWh). Es como si por no usar el aire acondicionado tuviera que pagar por tener un abanico y cuando me abanicase. Es una idea perversa mal entendida de insolidaridad de los auto-consumidores con respecto al resto de consumidores, el llamado free-riding (aprovecharse del esfuerzo de otros sin contribuir a sus costes).
Conflicto de la transición energética.
PwC calcula que el RD sí permite una penetración de 4 GW de fotovoltaica, para consumo residencial de menos de 10 kW de potencia que no pagaría el peaje al sol. Aunque sí pagaría los peajes del sistema, incluido la parte que sirve para retribuir la energía renovable, como si él no consumiera más que la media, ni evitase a otros consumidores retribuir la suya. Sin calcular esa y otros beneficios que el autoconsumo aporta al sistema, PwC calcula en un coste de 102 millones de euros lo que estos consumidores dejarían de retribuir los costes fijos ( sin calcular los costes que evitaría al sistema el auto-consumo ).
Detrás de las dinámicas económicas y tecnológicas innovadoras están los motores de los conflictos sociales. Hermann Scheer, diputado del SPD e impulsor de la ley de renovables, advertía que el conflicto inmanente en la transición energética no se debe rehusar. Todo consenso que, en lugar de acelerar, se dedique a postergar el relevo de estas fuentes por otras, tal es el caso del RD, atendiendo a los intereses creados, perjudica la economía, la ecología y el progreso de toda la sociedad. La búsqueda del consenso es necesaria si obedece a compatibilizar intereses que afectan a toda la sociedad, esto es, personas ajenas al relevo de unas tecnologías por otras.
El RD 500/2015 muestra que estamos mucho más cerca de lo intuido de un relevo del sistema centralizado, que al ser menos utilizado, debido a la expansión progresiva de las energías renovables, el consumidor está dejándolo de pagar. Estamos en la inflexión, el modelo centralizado pierde ingresos y exige incrementar los costes fijos, mientras que el modelo descentralizado es postergado con medidas gubernamentales. Suena sarcástico que el sector convencional reclame, para él, una regulación que les permita incrementar los ingresos con la excusa de que la expansión de las energías renovables exige enormes inversiones; ¿acaso son ellos los únicos capaces de invertir en energías renovables? Las estrategias restrictivas pretenden frenar el vendaval de la “destrucción creativa”, en lugar de atraer el capital hacia nuevos caminos, prefieren un estrepitoso derrumbe que afrontar una retirada ordenada.
No fueron los tumultos lo que hicieron caer el imperio Romano, explica Maquiavelo, fue la libertad de Roma que logró hacer grande al imperio. Las disensiones raras veces eran castigadas, no comportaron el exilio, al considerarse los conflictos poderosas fuerzas que permiten la innovación y el desarrollo social. Toda revolución se convierte en farsa, si las “fuerzas revolucionarias”, señala Hermann Scheer, debiesen pedir autorización a aquellos contra quienes va dirigida dicha revolución. La experiencia muestra que no es cierto que el conflicto sea suprimido en el momento en que las energías renovables sean tecnológicas y económicamente viables y competitivas; éste se recrudecerá. De aquí las enormes trabas al desarrollo de las energías renovables. Las energías renovables habían sido toleradas cuando no entraban en colisión con el sistema energético convencional, se trataba de una tecnología con un papel testimonial, para satisfacer demandas adicionales o, en todo caso, formar parte de ese amasijo de tecnologías con las que lograr una economía que responde al desafío del cambio climático.
Por eso el relevo de las energías fósiles por energías renovables es el mayor cambio de estructuras económicas desde el inicio de la revolución industrial. Es la mutación que Karl Polanyi describe como la metamorfosis del gusano en mariposa, pero, en este momento el gusano se aferra al capullo que teme perder, sin contemplar las oportunidades de futuro que le ofrece convertirse en una mariposa.
Revolución energética inminente.
El consumidor conectado a la red que genera parte de la energía que consume, gracias a la madurez tecnológica alcanzada durante los años que esta recibía “precios regulados”, tiene una menor dependencia del sistema centralizado. Aquí se pretenden justificar “el impuesto al sol” (tanto por el consumo, la potencia instalada, incluso, por las baterías). ¿No está retribuyendo con peajes el uso del sistema cuando realmente lo usa?
Volvamos al documento de PwC. De no aplicarse el “peaje al sol” la energía fotovoltaica de 4 GW –desarrollada en residencia-, pasaría a 39,8 GW. Reduce a la mínima expresión los beneficios, engorda los costes; 491 millones de euros menos de ingresos del sistema centralizado. Para UNEF insignificantes respecto los 18.000 millones de euros que factura por peajes y no cree que un escenario de 39 GW de autoconsumo sea real.
Supondría contar con 45 GW instalados de solar. Es generar 9 veces más energía solar que ahora; entre 12.00 a 16.00 horas en un día de octubre tendríamos 37 GWh, cubriría 120% de la demanda; ya no sólo se podría cerrar la nuclear, gas, carbón… sino también toda la eólica (7GW), solar termoeléctrica (0,8 GW) y cogeneración (3GW) destinada a baterías. Además se podría turbinar con hidráulica. Las energéticas convencionales harían fallida financiera. Los fondos de inversión en combustibles fósiles, su riesgo no es la burbuja climática, en caso de acuerdo en Paris sino que la transición energética les lleva a la ruina. Pero esta no es una opción. Reindustrializar la economía es la forma de afrontar los desafíos planetarios del siglo XXI, un nuevo modelo productivo libre de combustibles fósiles que no conduzca a la recuperación económica. “Desinvertir en combustibles fósiles” es una estrategia racional para los fondos de inversión señala Nicolas Hearinger para Progressistes pour climat.
¿Qué efecto tendrá contar con 4 GW más de fotovoltaica? El problema mayor no sería los 102 millones de menores ingresos para el sistema centralizado. Daría lugar a que se desplazasen las centrales fósiles más caras, que marcan el precio; así, el 4 de agosto 2015 de 1.00 a 5.00 de la madrugada, el precio era de 50 euros/MWh, subió a las 14.00 a 68,56 euros/MWh. ¿Motivo? Había más consumo cubierto con 1 GW más de gas y no entró más gas gracias a los 3,5 GW solares. ¿Qué sucede con 4 GW más solares? El precio hubiera sido menor que el nocturno. Alemania con 38 GW solares el precio a medio día es más barato ( 25,03 euros/MWh ); según la curva de oferta y demanda con 4 GW solares el precio hubiera bajado a 9,20 euros/MWh. No estamos preparados para pensar cuales son las reglas de un mercado con 39 GW instalados para el autoconsumo. Se habla de mercados directos locales.
Las renovables no necesitan el rodeo del sistema centralizado.
¿Cuál es el coste de las energías renovables? La solar destinada a autoconsumo no tendría ningún coste para el resto de usuarios. ¿Dónde tendríamos el problema? 4 GW permitiría cerrar un tercio del carbón. Se evita que el gas de 23.00 a 8.00 de la mañana reduzca su producción en 2 GWh; en su lugar reduciría la producción a medio día. Se invertiría la estructura de precios.
El verdadero coste para el modelo energético convencional es que la industria energética fósil, con el despliegue de las energías renovables, vende menos, con menores precios y los mismos gastos. Pero las energías renovables, en este momento, ya pueden prescindir del rodeo que supone integrarse en un sistema centralizado, que no está diseñado para gestionar energía producida por millones de consumidores. Aquí estamos anticipando una mutación en las estructuras económicas existentes. Los conflictos son los motores del cambio. En cambio, el consenso puede ser un embuste que resulte paralizante -decía Hermann Scheer.
Un informe de David Robinson alimentaba el conflicto con afirmaciones contras las energía renovables, las hacia responsables del incremento del precio en España en un 52% desde 2008 a 2014 cuando precisamente se paralizaron las inversiones en renovables; casi el doble que la media Europea. Las “decisiones políticas” es el eufemismo para evitar referirse a “precios regulados” obtenidos por las renovables. En Alemania, pionera en la transición energética, el problema no son los ingresos por peajes; el precio desde 2008 a 2013 cayó de 100 euros/MWh a 26 Euros/MWh, perdiendo una parte del mercado y, algo peor, por ejemplo, RWE se dobló la deuda, de 19.000 millones a 31.000 millones de euros porque tenía inversiones imposibles de amortizar aún con la venta de activos. Ahora espera una decisión del gobierno para hacer viable su obsoleto de negocio que le permita cobrar sin producir energía, obtener ingresos de los pagos por capacidad.
El conflicto se agudiza cuando el relevo tecnológico está más próximo. J.A.Schumpeter describe esos procesos de “destrucción creativa”. Como las estructuras económicas, en toda mutación tecnológica, desde dentro se destruyen las viejas estructuras económicas para generar nuevas, por ejemplo, la regulación energética favorece invertir en una nueva generación más eficiente con bajo capital fijo y alto capital variable, esto es, las centrales de gas que sustituyen al carbón; estas normas son inadecuadas para atraer inversiones en energías renovables, cuyo capital variable es cero, el sol y el viento son gratis, requiere mucho capital fijo, el mercado de energía debe transformarse en un mercado de tecnología que aprovechen energías disponibles para multitud de servicios. No tiene ningún sentido fijar el precio si hay o no sol y viento. En una década con el triple de ciclos combinados, al considerar el gas una tecnología puente, tenemos dos tercios menos de generación con gas (48,88 TWh a 21,97 TWh), el carbón baja a la mitad (77,39 TWh a 43,85 TWh), mientras la eólica de 20,85 TWh a 51,03 TWh y la solar despega (de 0,040 TWh a 12 TWh).
El RD 500/2015 viene después de una moratoria a las energías renovables.
El RD ha pulido disparates de otros borradores. La prensa alemana recogía algunos de esos diamantes en bruto. El autoconsumo, además de un “impuesto al sol” por la fotovoltaica instalada y consumida, amén de los peajes sagrados de acceso, si la instalación es de menos de 100 kilovatios no recibirá ninguna compensación por la red, esto es, deberá regalar la energía producida vertida en las “redes de distribución”. ¿Podrá acumular esta energía con baterías? No se prohíben pero, aquí otra perla: no podrá usar el almacenamiento para reducir lo que se llaman impuestos y evitar, lo que llaman, trampas de “subvenciones implícitas”. En seis meses llaman a “contribuir al coste total del sistema”. En cuatro años se podrá modificar, lo que supone una incertidumbre, ausencia de seguridad jurídica para las inversiones, ¿pretenden curarse en salud ante medidas retroactivas cuando regresen al gobierno?
Desde 2008 las sucesivas reformas no han frenado las renovables.
Hoy el autoconsumo es viable y posible gracias a la espectacular reducción de costes de las energías renovables los últimos seis años. La fotovoltaica desde 2008 acumula caídas del 90% de su coste; el éxito reside en la ley de renovables que retribuye ésta con “tarifas reguladas” (feed-in tariff). La presión de la demanda sobre la oferta en 2008 comportó una subida de precios, atrajo inversiones en nueva tecnología. La presión a la baja del precio dejó fuera del mercado a una parte del sector, con una presión mayor del precio a la baja. En 2008 la preocupación por el precio, llevó a tomar medidas retroactivas que frenaron el fuerte desarrollo; pero no vio los enormes ahorros que suponen acelerar en décadas el desarrollo de las energías renovables para que sea rentable el autoconsumo sin ningún tipo de ayudas.
Nicolás Maquiavelo dijo que el político que impulse una reforma se enfrenta a las poderosas fuerzas que se benefician del antiguo sistema y tendrá los débiles aliados que obtengan oportunidades del nuevo modelo. Estamos viviendo, por así decir, una metamorfosis industrial, en la que en lugar de ver las oportunidades de convertirse en una mariposa, hay sectores que se aferran al capullo.
¡Naomi Klein en Berlín!
Naomi Klein en “Esto lo cambia todo” narra la victoria del referéndum en Hamburgo en favor de municipalizar la energía: “devolver al Gobierno municipal el control directo sobre sus redes de electricidad, gas y calefacción”. Se invierte, de este modo, la tendencia de la venta o concesión de servicios municipales de agua o energía a compañías privadas. Recuperar la titularidad pública es visto, por los ciudadanos, como necesario para levantar el veto de las compañías privadas a la transición energética. La propiedad de la red determina qué volúmenes se inyectan, dónde se adquieren, etc., para cubrir la demanda. Por tanto, las empresas tradicionales acabarán privilegiando las propias instalaciones, fundamentalmente, aquellas de carbón.
De lo mucho que se ha escrito de la transición energética en Alemania muy poco ha sido sobre esos procesos que de municipalización. Referéndum en Hamburgo y, más tarde, en Berlín no son hechos aislados. Según Bloomberg, más de setenta nuevas redes de titularidad municipal se han puesto en marcha desde 2007, y más de 200 concesiones para operar redes de suministro energético han pasado de compañías privadas a operadores públicas durante ese periodo –señala Naomi Klein- . En Berlín el 83% de electores que participaron se manifestaron a favor de la municipalización, pero le faltaron algunos miles de votos para que el resultado fuera vinculante. Querían el modelo de gestión pública implantada en la capital de California: Sacramento. La empresa pública SMUD tiene una gestiona comunal, con elecciones por distrito de su junta. Berlín y Hamburgo no son pioneros sino ejemplos de rezagados.
“La desprivatizaciones energéticas –ligadas específicamente a un interés por las energías renovables –han comenzado a hacer fortuna allende las fronteras alemanas en los últimos años, incluso en Estados Unidos”. Naomi Klein hace referencia a Boulder en Colorado. En inglés recibe el nombre de Municipal Utiliy, en alemán de Stadtwerke, ¿y en español? Operador Municipal de Energía –de creación reciente en Barcelona. Múnich y Frankfurt hace una década municipalizaron la energía para lograr objetivos de 100% renovable en 2025. Las estimaciones han sido superadas; el alcalde de la capital de Baviera, Dieter Reiter, anunció en junio que desde el mes de abril cubre todo la demanda con renovables. La Fundación de Los Verdes “ Heinrich Böll “ comparó los dos procesos de participación ciudadana para re-municializar la energía en Hamburgo y Boulder.
El retorno del sector público, desprivatizaciones de servicios públicos.
“El movimiento pro energía local en Boulder surgió del deseo de cambiar a fuentes energéticas limpias… cuando se dieron cuenta de que su transición hacia la energía verde estaba siendo obstaculizada por compromisos con la privatización firmado tiempo atrás”, escribe Naomi Klein. Descubrir la actitud de actores privados que obstaculizan fue lo que situó a los ciudadanos en impulsores de la transición energética. El propósito de las empresas concesionarias, en palabras de John Farrell -citadas por Naomi Klein- es: “vamos a coger el dinero que ganamos vendiendo combustibles fósiles y vamos a usarlo para ejercer toda la presión política que podamos contra cualquier cambio en el modo en que hacemos nuestro negocio”.
En temas de agua vamos con el pie cambiado, al privatizar servicios públicos, cuando Paris desprivatizó el agua; la razón: la falta de transparencia de la gestión financiera de las inversiones, operaciones muy especializadas y técnicas de contratación de servicios en alta tecnología, escapa a las capacitaciones de regulador público que acaba aceptando el criterio del gestor privado. El cliente acaba pagando sofisticados productos financieros que garantizan los retornos de estas inversiones al operador privado. Cuanto más complejo es el entramado regulatorio, incluso en empresas público-privadas, más facilitad para incrementar, de forma artificial costes. Alcaldes socialistas en Evry, Manuel Valls, recuperó el servicio público local del agua. Igual que Bertrand Delanoë en Paris, Pierre Moscovici en Montbéliard, etc.
Naomi Klein no propone recuperar monopolios energéticos privatizados; “la solución no pasaría en ningún caso por la nacionalización energética sobre la base de los modelo existentes”. La transición energética no está siendo impulsada por países con monopolios públicos energéticos: ni Petrobras, ni Vattenfall, ni EDF, ni EGF, ni Statoil… son impulsoras de las energías renovables. En Francia encontramos empresas públicas en Grenoble, Metz, Estrasburgo, son esas empresas municipales, que no corre el riesgo de convertirse en monstruos, los que lideran la transición energética. Los municipios no actúan por cuenta propia, relegando a los ciudadanos, crean condiciones de libertad, confianza y seguridad, para que los ciudadanos sean titulares de las inversiones privadas. Wuppertal Institut muestra esa exitosa experiencia.